domingo, 6 de mayo de 2012

Límites de la limitación

Siempre han existido barreras que nos han limitado en casi cualquier cosa, barreras que tan sólo actúan como una limitación para nuestras capacidades, y que lo realmente curioso es que hay veces que uno no se da cuenta de que estas paredes que atascan los engranajes que dan funcionamiento al complejo mecanismo de la forma de ser, están actuando sobre nosotros, y que para cuando somos conscientes, es difícil darnos cuenta qué diferencias había del antes al ahora.

Curiosa es la forma en cómo una persona puede llegar a complicarse la existencia con tan sólo una idea deteriorada en una mente que, como cualquier otra, es tan influenciable por este tipo de pensamiento que a veces la fortaleza mental que poseemos no es capaz de repeler, en una guerra de pensamientos, el asalto de estas ideas. Todo ser humano requiere de cuerpo y mente, sin embargo, el cuerpo no es más que la marioneta sometida a los hilos de una mente titiritera, pues es debido a que el cuerpo actúa como fruto del atrevimiento nacido de la mentalidad que tenemos de cada aspecto que se nos presente. Es irónico pensar que algo tan abstracto como la mente de una persona no tenga límites a la hora de llevar a cabo cualquier acción, cuando dicha mente es la que en ocasiones nos coloca barreras que impiden el paso de la esencia que alimenta el núcleo de aquello hacemos, pues la mente es nuestra mejor ayuda cuando es clara y constante, y nuestra peor enemiga cuando es la arquitecta de los muros que hacen de nuestras capacidades presas de la cárcel que nos limita. Sin embargo, estas barreras siempre pueden superarse porque para ello vivimos, el ser humano es, a la vez que el gran constructor de limitaciones tanto para sí como para el resto, también la mejor forma de demoler las mismas barreras que él ha creado, y es por ello por lo que cuando nos damos  cuenta de que hemos perdido en calidad en lo que hacemos, sabiendo que hasta hace no mucho éramos conscientes de que lo que hacíamos podíamos controlarlo y saber que lo hacíamos bien, somos capaces de analizar nuestra situación y explorarnos a nosotros mismos en un terreno que aunque veamos que está limitado, sabemos que es de forma temporal, pues todo aquello que ofrece limitaciones está sentenciado a tener un límite, y más aún en la mente, siendo esta ilimitada. Es por esto, por lo que hay que preocuparse más por seguir siendo constante en nuestra forma de ser o actuar, que por querer aparentar más de lo que somos, pues crecerse ante los demás intentando ser lo que uno no es, puede llevarnos tan alto que en un momento de flaqueza la caída de dicho crecimiento es más dura. La mentalidad de uno mismo es la que dictamina esto, hay veces que por más colores que ofrezca la vida, es mejor no complicarse demasiado y dejar la mente en blanco, puesto que cuando tratamos de demostrar lo ilimitada que puede ser nuestra mentalidad es cuando más limites la ponemos. Empezamos a decaer, cuando comenzamos a ser más para los demás que para nosotros mismos. Es por ello, por lo que la grandeza no se mide con grandes acciones, si no por los pequeños aspectos que nos definen..

1 comentario:

  1. Al final de tu propia frustración a salido una gran entrada :)

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